Síntomas premonitorios y posdrómicos, ¿su presencia genera mayor carga de la enfermedad?

por | Mar 27, 2024 | Actualidad Científica

Un ataque de migraña consta de distintas fases: pródromo o fase premonitoria, aura, dolor de cabeza y postdromo. En los últimos años, la mayoría de las investigaciones se han centrado en analizar las tres primeras fases, dejando la fase postdrómica con menos atención.

Esta fase final, también conocida como “resaca de la migraña”, representa las secuelas de un ataque de migraña. Los síntomas aparecen en las 48 horas posteriores a la crisis migrañosa y los más comunes son el cansancio, dificultad a la hora de concentrarse y los cambios de humor.

Para obtener más información sobre esta fase, un grupo de investigadores daneses llevó a cabo un estudio transversal con el objetivo principal de determinar la proporción de personas con migraña que experimentan síntomas postdrómicos y el impacto de estos en la carga de la enfermedad, dado que estudios previos habían encontrado que el postdromo de la migraña tiene efectos negativos en el funcionamiento diario de los pacientes y en la calidad de vida general.

En el estudio participaron 631 individuos que sufrían al menos 4 días de migraña al mes. El estudio comportó un estudio neurológico y una entrevista semiestructurada. Durante la entrevista, se informó a los participantes sobre las distintas fases de un ataque de migraña y se les preguntó por los síntomas premonitorios y los síntomas postdrómicos, para que ellos espontáneamente indicasen los síntomas que experimentaban dentro de las 48 horas anteriores y posteriores a un ataque de migraña. Posteriormente, se les entregaba un listado de 16 síntomas específicos y debían indicar cuáles experimentaban durante esas 48 horas posteriores.

Para evaluar el impacto de la enfermedad se administraron 3 instrumentos de evaluación: la escala MIDAS que evalúa la discapacidad en personas con migraña, el cuestionario HIT-6 que evalúa el impacto del dolor de cabeza en diferentes ámbitos de la vida del paciente y la escala WHODAS 2.0, un instrumento de la OMS que mide la salud y la discapacidad.

Una vez analizados los datos, los resultados obtenidos mostraron que el 81% de los participantes habían experimentado algún síntoma postdrómico. Más concretamente, al realizar las preguntas abiertas el 66,7% identificaron espontáneamente los síntomas postdrómicos que experimentaban, incrementándose este porcentaje al 80,7% cuando los síntomas se identificaban en una lista cerradas de 16 síntomas.

El estudio identificó que los tres síntomas postdrómicos más comunes fueron: el cansancio (67,5%), la dificultad de concentración (33,8%) y la sed (30,4%), revelando que el cansancio era el síntoma postdrómico más prevalente.

Respecto a la carga de la enfermedad relacionada con los síntomas postdrómicos informados, el estudio obtuvo una correlación positiva, aunque débil, entre el número de síntomas postdrómicos informados y las puntuaciones del HIT-6 y el WHODAS, no para el MIDAS.

Este estudio proporciona una visión actualizada de la proporción de pacientes que experimenta síntomas postdrómicos después de un ataque de migraña y nos confirma, aunque sea de forma débil que a más síntomas postdrómicos mayor impacto de la enfermedad.

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