Las cefaleas o dolores de cabeza son uno de los trastornos más frecuentes de nuestro sistema nervioso. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de un 90% de la población ha sufrido algún episodio de cefalea a lo largo de su vida; un 50% de la población ha padecido cefalea en el último año al menos 1 vez y, hasta un 46% de la población presenta algún tipo de cefalea activa.
La realidad es que estas cifras tan altas demuestran que las cefaleas forman parte de nuestro día a día. Pero es que, además, debemos ser conscientes que existen muchos tipos de cefalea que pueden desencadenarse por factores como la edad, el sexo o antecedentes familiares, además de otros factores clínicos.
La International Headache Society (IHS) hace una clasificación exhaustiva de las cefaleas, dividiéndolas entre cefaleas primarias y secundarias, entre las que destacan la migraña y la cefalea en racimos. Pero, ¿qué hay de la cefalea en trueno? ¿Has oído a hablar de ella?
Según el Manual de la Práctica Clínica en Cefaleas 2020 de la SEN, la cefalea en trueno es un tipo de cefalea primaria que aparece de forma repentina y brusca, como un trueno, y suele alcanzar su punto máximo de dolor e intensidad en menos de un minuto, aunque su duración posterior es variable. Puede asociarse a fotofobia, sonofobia, náuseas y vómitos. En general, aparece de forma espontánea, aunque a veces ocurre tras el ejercicio, baños calientes, hiperventilación o actividad sexual.
Debido a su intensidad y su aparición repentina, las personas que la sufren suelen referirse a este dolor como “el peor dolor de cabeza de mi vida”.
El diagnóstico: análisis clínico y pruebas de neuroimagen
La cefalea en trueno se asocia tanto con causas benignas como con otras más graves como problemas vasculares y lesiones o anomalías estructurales. Esto significa que para su diagnóstico es necesario realizar pruebas, las más frecuentes una tomografía computarizada (TC) de la cabeza con la que se obtienen imágenes en cortes transversales del cerebro.
Por otro lado, en algunos casos también se podría realizar una punción lumbar para extraer una pequeña cantidad del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, una resonancia magnética y una angiografía por resonancia magnética para mapear el flujo sanguíneo del cerebro.
Precisamente, este tipo de cefalea puede atribuirse a importantes trastornos vasculares como una hemorragia subaracnoidea (sangrado que se produce en la meninge) o, en la mayoría de los casos, tras sufrir un aneurisma (rotura de dilataciones en las arterias cerebrales) como consecuencia de la edad, la hipertensión arterial, tabaco o consumo de drogas.
¿Cómo se trata?
Aunque existen pocos tratamientos localizados para la cefalea en trueno e incluso la respuesta de los analgésicos para el tratamiento sintomático suele ser limitada, se pueden aplicar medidas de soporte y vigilancia. No obstante, los expertos recomiendan evitar fármacos vasoconstrictores, como ergotamínicos y triptanes.
Si tienes dolor de cabeza, aunque sea menor y dure unos minutos, es importante que le prestes atención y se lo expliques a tu médico. Automedicarte u optar por un abuso de analgésicos puede traer consecuencias y agravar tu dolor de cabeza.
¿Quieres saber más sobre otras cefaleas? Te las explicamos aquí.
Fuente: