Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) han advertido de la aparición de un nuevo tipo de cefalea, la provocada por un uso excesivo de medicación sintomática. “Se trata de una cefalea secundaria que aparece por el empeoramiento de un tipo de cefalea previa” ha explicado la farmacéutica Tamara Peiró, del Área de Servicios Asistenciales del CGCOF.
La causa de esta cefalea se encuentra en el sistema nervioso, ya que las células nerviosas se vuelven demasiado sensibles al dolor de cabeza por el abuso de fármacos, lo que puede derivar en un círculo vicioso.
Cerca del 4% de la población mundial abusa del consumo de analgésicos, normalmente debido a que estos medicamentos en cuestión no alivian el dolor. Este abuso puede ser un reflejo de la cefalea recurrente, o ser la causa de esta, ya que el consumo excesivo de estos medicamentos incrementa la frecuencia de las cefaleas. Al hablar de consumo excesivo de medicamentos, Peiró se ha referido a “la ingesta de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o paracetamol durante 15 días al mes o de ergóticos, triptanes u opioides durante 10 días en este mismo periodo”.
La cefalea por uso excesivo de medicación se diagnostica cuando se producen todas estas circunstancias:
- El dolor de cabeza se produce 15 días o más al mes en personas que toman paracetamol, aspirina u otro medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE) o 10 días o más al mes en personas que toman ergotamina, triptanos, opiáceos o fármacos combinados para el trastorno por cefalea (dolor de cabeza).
- Dichas personas están abusando regularmente de uno o más de un medicamento para aliviar la cefalea y lo han estado haciendo durante más de 3 meses.
- Ningún otro trastorno por cefalea explica mejor los síntomas.
Desde el CGCOF indican que, para tratar este tipo de cefaleas, es necesario suspender el fármaco que la provoca. Esto puede tener efectos secundarios en las dos primeras semanas, tales como el empeoramiento temporal del dolor, náuseas, vómitos, ansiedad e insomnio. En todo caso, si el paciente está tomando altas dosis de opiáceos, barbitúricos o benzodiazepinas, hay que reducir el consumo de estas sustancias de forma gradual.
Es importante acompañar al paciente a lo largo de este proceso mediante herramientas para gestionar el estrés y la ansiedad, así como ofrecer un tratamiento preventivo y facilitar toda la información y educación que el paciente pueda necesitar para entender y abordar la situación adecuadamente.
Si bien los pacientes que sufren cefalea la suelen tratar con analgésico (tipo ibuprofeno), cuando estas son moderadas o graves (más de 3 al mes) es necesario introducir otros fármacos preventivos, como podrían ser los antiepilépticos y los antidepresivos, que el paciente deberá tomarlos todos los días, no solamente ante una crisis.
Sin embargo, se ha observado una menor adherencia a este tipo de tratamientos. Peiró ha remarcado que esto se debe por un lado a “barreras perceptuales” del paciente, tales como el miedo a las reacciones adversas del tratamiento, el miedo a tomar antidepresivos o simplemente no seguir el tratamiento. En estos casos, el farmacéutico es un agente clave que puede informar adecuadamente al paciente de la escasa frecuencia de las reacciones a los fármacos, de la seguridad de los fármacos y de la eficacia de estos medicamentos para el tratamiento de cefaleas crónicas.
Otra causa de la menor adherencia a los fármacos preventivos son las “barreras prácticas”, tales como los olvidos, la dificultad de uso y la complejidad de horarios de dosis, o un elevado número de comprimidos diarios. La organización y la información juegan un papel importante para evitar estas barreras.
En conclusión, ante una situación de abuso o uso excesivo de medicamentos para el tratamiento de cualquier tipo de cefalea es importante acudir al médico para que nos indique la mejor manera de proceder.
Fuentes: Infosalus