El bruxismo es un trastorno en el que la persona rechina, cruje o aprieta los dientes inconscientemente cuando está despierto o dormido. Se estima que el 70% de la población española lo sufre.
Varios estudios han indicado que el dolor de cabeza suele ser más frecuente en personas con bruxismo o trastornos temporomandibulares (TMD). Esto sugiere que podría haber una relación, posiblemente causal, entre estas condiciones. No obstante, algunas evidencias científicas contradictorias plantean la posibilidad de que estos resultados sean simplemente debido a la alta prevalencia de la enfermedad.
Con el fin de demostrar o desmentir esta primera afirmación, un grupo de investigadores del Centro Médico Universitario de Hamburgo (Alemania) y de la Facultad de Odontología de la Universidad de Malmö (Suecia) decidió revisar la relación entre estas condiciones y el dolor de cabeza, buscando determinar si realmente hay una conexión causal.
Esta revisión, publicada en The Journal of the International Association for the Study of Pain, ofrece una visión general del estado actual de la investigación, considerando las controversias en torno a los métodos de investigación, especialmente en lo que respecta a las definiciones de diagnóstico.
El bruxismo no es un trastorno doloroso por sí mismo. Sin embargo, puede empeorar el dolor de cabeza preexistente, especialmente si se presenta junto con trastornos temporomandibulares. Es importante diferenciar el bruxismo durante el sueño y el bruxismo cuando estamos despiertos, ya que tienen diferentes impactos en trastornos de cefalea primaria, como la migraña y la cefalea tensional.
Por otro lado, existen varios trastornos temporomandibulares que incluyen tipos de dolor miofascial y artrógeno, además de trastornos indoloros.
Los investigadores sugieren que hay una correlación entre dolor temporomandibular y la migraña, así como entre el bruxismo despierto y la cefalea tensional. Sin embargo, los factores psicosociales pueden influir en estas relaciones, y actualmente es difícil establecer una causalidad clara debido al número limitado de estudios clínicos y experimentales disponibles.
El principal hallazgo de esta revisión es la falta de consenso sobre la definición y criterios de evaluación del bruxismo. Es necesario llegar a un acuerdo en estos aspectos para poder estudiar mejor la relación entre estas condiciones y las cefaleas primarias.
Finalmente, para avanzar en esta área, es crucial establecer procedimientos y definiciones de diagnóstico más coherentes y aplicables. Además, se necesitan más estudios clínicos y experimentales para investigar la cuestión de la causalidad.
FUENTE:
- Voß, L., Basedau, H., Svensson, P., May, A. (2024, 18 junio). Bruxism, temporomandibular disorders, and headache – a narrative review of correlations and causalities. PAIN. https://doi.org/10.1097/j.pain.0000000000003277