La vida en el planeta Tierra está regida por ritmos naturales que se repiten a lo largo del día y las estaciones, principalmente debido al ciclo del sol. Los seres vivos, incluido el ser humano, hemos desarrollado mecanismos que nos permiten adaptarnos a estos ciclos de luz y oscuridad. De hecho, todos los organismos tienen un “reloj interno” que regula muchas de nuestras funciones vitales, permitiéndonos estar sincronizados con los cambios del entorno.
Este reloj biológico sigue un ciclo de aproximadamente 24 horas, conocido como ritmo circadiano, regulado por genes y proteínas en nuestro cuerpo. Aunque este reloj funciona de manera autónoma, también puede ajustarse con factores externos como la luz y la temperatura, que nos ayudan a sincronizarnos con el entorno. Estas señales externas nos permiten mantener un equilibrio adecuado en nuestras actividades diarias, como el sueño o la alimentación.
Entre las funciones que regula el ritmo circadiano están el ciclo de sueño y vigilia, la temperatura corporal, la presión arterial, el metabolismo y los niveles hormonales. En los mamíferos, esto es gestionado por una parte del cerebro que conocemos como el hipotálamo, que se encarga de integrar las señales del entorno con las funciones internas del cuerpo, esencial para mantener el equilibrio y la salud en general.
Ahora bien, algunas condiciones de salud, como la cefalea en racimos y la migraña, están estrechamente relacionadas con el ritmo circadiano. Estos tipos de dolor de cabeza siguen patrones específicos que se repiten a lo largo del día y el año. Un estudio reciente que revisó más de 1.500 investigaciones encontró que tanto la cefalea en racimos como la migraña tienen momentos del día en los que los ataques son más frecuentes.
En el caso de la cefalea en racimos, la revisión identificó un patrón circadiano en los ataques, que suelen ocurrir entre las 21.00h y las 03.00h, así como picos estacionales en primavera y otoño. Por otro lado, en la migraña, las crisis son más frecuentes entre las 23.00h y las 07.00h, especialmente entre abril y octubre. Asimismo, se identificaron varios genes relacionados con el reloj biológico que parecen estar vinculados a la aparición de los ataques de cefalea en racimos y migraña.
Esta revisión refuerza la importancia del hipotálamo en la regulación del ritmo circadiano y su impacto en la aparición del dolor de cabeza. Comprender cómo el ritmo biológico influye en estas enfermedades nos abre la puerta a nuevas investigaciones que podrían ser claves para encontrar formas más efectivas de abordar estos tipos de cefalea y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.
FUENTES:
- Benkli, B., Kim, S., Koike, N., Han, C., Tran, C., Silva, E., Yan, Y., Yagita, K., Chen, Z., Yoo, S., Burish, M. (2023, 30 mayo). Circadian Features of Cluster Headache and Migraine. Neurology. https://doi.org/10.1212/wnl.0000000000207240
- Sutherland, H., Griffiths, L. (2023). Circadian Factors in Cluster Headache and Migraine. https://doi.org/10.1212/wnl.0000000000207329