La cefalea en racimos es una cefalea primaria que provoca un dolor intensísimo e incapacitante en varias zonas de un lado de la cabeza. Puede ser crónica o bien remitir durante meses o años.
Los pacientes con esta enfermedad sufren dolores extremadamente intensos y repetitivos, hasta tal punto que los incapacita a la hora de realizar cualquier tipo de actividad. Esto impacta de forma muy significativa en su estado emocional. Muchos sufren depresión y desesperación constante. Su sensación de desesperanza les evoca, en muchos casos, a la ideación suicida.
No se conoce el origen de las cefaleas en racimos, pero se sabe que afectan a una de cada 1.000 personas, tres hombres por cada mujer. El arsenal terapéutico es amplio, pero no siempre funciona: para las crisis, usan los triptanes, la familia de fármacos más agresiva contra la migraña, y oxígeno al 100 % durante media hora. Sin embargo, el 10 % de los pacientes no responde a ninguno de los tratamientos farmacológicos, por lo que en esos casos la estrategia de tratamiento se dirige hacia la cirugía.
Existen diferentes tipos de cirugía; la radiofrecuencia del ganglio esfenopalatino, que es la menos invasiva, o la del estimulador de los nervios occipitales, que ya requiere una intervención más compleja. Sin embargo, hay pacientes con cefaleas en racimos que no responden a ninguna de estas intervenciones y, para ellos, ahora solo queda una opción: la estimulación cerebral profunda.
La estimulación cerebral profunda consiste en la colocación de un electrodo en una determinada zona profunda y de dimensión reducida del cerebro, en este caso el hipotálamo, para estimularlo eléctricamente y generar cambios que repercutan en la conectividad y el flujo eléctrico de la zona cerebral estimulada. Por ahora esta técnica se ha utilizado en muy pocos pacientes, aunque el 80 % ha referido mejoras en el número de cefaleas o la intensidad del dolor.
Precisamente el Hospital del Mar de Barcelona ha culminado con éxito esta técnica pionera de cirugía con asistencia robótica (siendo la primera de España) la cual se realizó a un paciente de 35 años que llevaba 15 sufriendo crisis diarias de cefalea en racimos.
A pesar de los resultados, hay pacientes que tampoco responden a este abordaje terapéutico y la alternativa es muy limitada. Falta mucho por saber sobre esta dolencia, admiten los expertos.
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