Vivir con un dolor de cabeza persistente no solo afecta la calidad de vida de forma física, también puede influir negativamente en la salud mental. Durante los últimos años, se han ido acumulando evidencias sobre la posible relación entre el dolor de cabeza crónico – como la migraña y otros tipos de cefalea – y el malestar emocional. Algunos estudios ya habían sugerido un vínculo entre la migraña y la presencia de pensamientos o comportamientos suicidas, pero hasta ahora, los datos disponibles eran escasos y no permitían establecer una conclusión clara ni generalizable.
La necesidad de comprender mejor esta posible relación llevó a un grupo de investigadores de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) a plantearse una pregunta clave: ¿las personas con diagnóstico de cefalea presentan un mayor riesgo de intento de suicidio o de suicidio consumado en comparación con quienes no sufren esta enfermedad?
Con esta pregunta como punto de partida se desarrolló un estudio a gran escala utilizando datos de ciudadanos daneses, con 15 años o más desde su diagnóstico de cefalea, recopilados entre los años 1995 y 2020. En total, se incluyeron 119.486 personas que habían sido diagnosticadas con algún tipo de cefalea, como migraña, cefalea tensional, cefalea postraumática o cefalea en racimos. Para poder comparar los resultados, por cada persona con cefalea se seleccionaron cinco personas sin cefalea. Así, se creó un segundo grupo compuesto por 597.430 individuos sin antecedentes de cefalea. De este modo, los investigadores pudieron observar con claridad si las diferencias en el riesgo de suicidio eran significativas entre ambos grupos.
Los resultados del análisis, publicados en la revista JAMA Neurology, confirmaron una diferencia importante. A los 15 años del diagnóstico, el 0,78% de las personas con algún tipo de cefalea había intentado suicidarse, frente al 0,33% en el grupo sin dolor de cabeza. En cuanto al suicidio consumado, la diferencia también fue notable: 0,21% frente a 0,15%. Estas cifras reflejan un aumento claro del riesgo que no puede ignorarse.
Cada tipo de cefalea presentó niveles de riesgo distintos. La cefalea provocada por un traumatismo mostró un riesgo especialmente elevado (intento de suicidio 2,81%; suicidio consumado 1,06%), al igual que la cefalea en racimos (intento de suicidio 1,78%; suicidio consumado 0,56%). Para la migraña (intento de suicidio 0,72%; suicidio consumado 0,18%) y la cefalea tensional (intento de suicidio 0,95%; suicidio consumado 0,30%) también se asociaron a un mayor riesgo, aunque de forma más moderada.
El estudio también mostró que muchas de las personas diagnosticadas con cefalea presentaban otras afecciones, como enfermedades cardiovasculares, problemas pulmonares, antecedentes de traumatismo craneal, trastornos del estado de ánimo o consumo de sustancias. No obstante, incluso entre quienes no tenían estas condiciones adicionales, la relación entre el dolor de cabeza y el riesgo de suicidio seguía presente.
Los investigadores insisten en la necesidad de adoptar un enfoque integral en la atención a personas que padecen dolor de cabeza crónico. El sufrimiento derivado de estos trastornos puede ir mucho más allá del malestar físico, y es fundamental prestar atención también a la salud emocional y mental. La evaluación temprana de posibles signos de angustia, así como la incorporación de recursos de apoyo psicológico desde el momento del diagnóstico, podrían desempeñar un papel clave en la prevención.
FUENTES:
- Adamed TV. (2025, 10 febrero). Un estudio muestra el vínculo entre los trastornos de cefalea y el suicidio. https://www.adamedtv.com/salud-mental/un-estudio-muestra-el-vinculo-entre-los-trastornos-de-cefalea-y-el-suicidio/
- Elser, H., Farkas, D., Fuglsang, C., Sørensen, S., Sørensen, H. (2025, 3 febrero). Risk of Attempted and Completed Suicide in Persons Diagnosed With Headache. JAMA Neurology. https://doi.org/10.1001/jamaneurol.2024.4974