Durante años, el objetivo principal para la prevención de la migraña ha sido reducir en un 50% la frecuencia de los ataques. Este criterio ha sido estándar para evaluar el éxito de los tratamientos, pero los expertos consideran que es momento de cambiar esta perspectiva. La International Headache Society (IHS), ha propuesto un nuevo enfoque: establecer objetivos más ambiciosos que reflejen mejor los avances recientes en el tratamiento de la migraña.
Los avances en la investigación y el desarrollo de terapias específicas para la migraña han transformado significativamente las estrategias de tratamiento. La IHS plantea que el nuevo objetivo debe ser reducir entre un 90% y un 100% los ataques de migraña en pacientes que reciben tratamiento preventivo. Esto implica un cambio en la manera de medir el éxito: ya no se trata solo de reducir la frecuencia de los ataques, sino de lograr la mejor calidad de vida posible para el paciente.
Para ayudar en la evaluación del tratamiento, la IHS ha definido cuatro niveles de control de la migraña:
- Libertad de migraña: sin días de dolor al mes
- Control óptimo: menos de 4 días al mes con dolor
- Control modesto: entre 4 y 6 días al mes con dolor
- Control insuficiente: más de 6 días al mes con dolor
Según este nuevo enfoque, las personas con migraña deberían aspirar a estar en los dos primeros niveles para garantizar un impacto mínimo de la enfermedad en su vida diaria.
Este nuevo enfoque surge como respuesta a los avances en tratamientos específicos para la migraña. Históricamente, los tratamientos preventivos se basaban en medicamentos desarrollados para otras enfermedades, como antiepilépticos o antidepresivos. Aunque estos fármacos han sido útiles, su eficacia era limitada y los efectos secundarios podían ser problemáticos. En la última década, han surgido nuevas opciones terapéuticas diseñadas específicamente para la migraña, como los anticuerpos monoclonales dirigidos contra el CGRP y los gepantes, que han demostrado ser significativamente más efectivos.
Esta nueva perspectiva también tiene un impacto en la relación entre pacientes y profesionales sanitarios. Antes, un tratamiento se consideraba exitoso con una reducción del 50% de las crisis, pero ahora se debe evaluar si hay margen para mejorar aún más. Además, se refuerza la necesidad de garantizar el acceso a estos tratamientos innovadores, ya que en muchos países todavía existen restricciones que limitan su disponibilidad. Si avanzamos en el tratamiento, también debe avanzar y mejorar el acceso a este.
Esta actualización en la prevención de la migraña representa una gran noticia para los pacientes. Significa que no debemos conformarnos con mejoras parciales, sino aspirar a un control casi total de la enfermedad. El objetivo debe ser maximizar la calidad de vida y minimizar el impacto de la enfermedad en el día a día.
FUENTE:
- Sacco, S., Ashina, M., Diener, H., Haghdoost, F., Lee, M., Monteith, T., Jenkins, B., Peres, M., Pozo, P., Ornello, R., Puledda, F., Sakai, F., Schwedt, T., Terwindt, G., Vaghi, G., Wang, S., Ahmed, F., Tassorelli, C. (2025, 21 febrero). Setting higher standards for migraine prevention: A position statement of the International Headache Society. Sage Journals. https://doi.org/10.1177/03331024251320608