Un reciente estudio ha aportado evidencias clave para entender por qué no todos los casos de migraña son iguales. Los investigadores combinaron dos herramientas punteras de la biomedicina: los estudios genéticos a gran escala y la observación de cómo se expresan los genes en células individuales del cerebro.
Gracias a este enfoque han podido identificar diferencias importantes entre la migraña con aura y la migraña sin aura, reforzando la idea de que se trata de subtipos distintos y no de una sola enfermedad homogénea.
Para llegar a estas conclusiones, utilizaron lo que se conoce como un estudio de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés). Este tipo de análisis consiste en revisar el ADN de miles de personas para buscar pequeñas variaciones genéticas, algo así como “letras cambiadas” en el libro del genoma, que aparecen con más frecuencia en quienes sufren migraña. Detectar estas variaciones ayuda a localizar zonas concretas del ADN, llamadas loci de riesgo, que están relacionadas con la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad.
Además, aplicaron la transcriptómica de célula única, una técnica muy avanzada con un nombre complejo pero que permite observar qué genes están activos en cada célula del cerebro. Esto es importante porque no todas las células utilizan la misma parte de la información genética: unas la activan y otras la mantienen en reposo. Al combinar esta información con los datos genéticos, los investigadores pudieron relacionar las variantes de riesgo con tipos celulares específicos del sistema nervioso, arrojando luz sobre qué procesos biológicos podrían estar detrás de la migraña.
Los resultados arrojan nueva luz sobre la migraña. No solo se han descubierto nuevos loci de riesgo vinculados a la enfermedad, sino que también se han identificado diferencias moleculares claras entre la migraña con aura y la migraña sin aura. Esto confirma que la enfermedad no es uniforme, sino que engloba realidades biológicas diversas que pueden explicar por qué los síntomas y la respuesta a los tratamientos varían tanto entre pacientes.
Este avance tiene implicaciones muy prácticas. Por un lado, refuerza la visión de la migraña como una enfermedad heterogénea y compleja. Por otro, abre la puerta a una medicina de precisión, en la que los tratamientos se puedan personalizar teniendo en cuenta el perfil genético y celular de cada persona. También señala nuevas dianas terapéuticas, es decir, puntos concretos donde podrían desarrollarse fármacos más eficaces y específicos en el futuro.
En definitiva, este estudio demuestra que comprender la diversidad biológica de la migraña es fundamental para avanzar en su diagnóstico y tratamiento. Mirar al interior del ADN y de las células cerebrales no es solo un ejercicio de investigación avanzada: es un paso hacia un futuro en el que cada paciente pueda recibir un abordaje más adaptado a su biología y a su tipo particular de migraña.
FUENTE:
- Zhang Y, et al. (2025). Unveiling migraine subtype heterogeneity and risk loci. J Headache Pain, 26:94. https://doi.org/10.1186/s10194-025-01974-2